¿A qué son divertidos?

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El, en una rueda haciendo malabares, observado por la peña que hace equilibrios en sus ojos de bola de billares. Mientras da vueltas, mueve sus pies encima de una muleta. Arlequín y mago que sueña con las estrellas y juega con el halago. Bajo lona y tapado por cortinas, unas zapatillas se ganan la vida.
Ella, colombina y de las alturas, estrella, se sujeta por dos fuertes cuerdas, ni títere, ni marioneta. Dicen que va con un corpiño y sin ropa de abrigo. Repartiendo desde lo alto y sin saber lo que es el frío, claveles “ rojos y cursis" de terciopelo. Sus pies de experta bailarina, van haciendo giros, tensando todos los músculos de su ágil cuerpo sin adjetivo. Posada como un pájaro sobre un tubo de aluminio.
Los dos llenan el circuito de acrobacias y peripecias. Por el publico observados, parecían en el suelo y en el aire, más que acróbatas meteoritos.

Feliz Año Nuevo. Besos

Tierra

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Los ojos de la tierra, por fin vieron la lluvia, cuando se sentía dolorida y casi moribunda. Una gran tormenta y semanas sin dejar de llover, dieron lugar y comienzo a plantas y árboles crecer. La misión de rescate acudió con millones de ayudantes. Un batallón transportado por el aire, se dejaba caer en naves de material traslúcido y brillante.
Brillaba en sus ojos el azul y oro, deslumbrante, cegador y sin cloro.
Desde una nube en el infinito, cables destilaban hilos de agua, mientras asomaban por el suelo, tallos largos, verde selva y hojas frescas. Donde finas vertientes, paseaban por la espalda de las hojas lentamente. Frenando en la tierra y absorbidas, empapadas de húmedo silencio, desaparecían.

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De cielo en cielo

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Un ave. Belleza y levedad, suspense en el aire. Qué modo de planear… levita sus alas hasta el cielo tocar. Sube.. sube, arriesga más. Alcanza el sol, la luna, en un respirar. No distraigas la mirada en el fondo del mar. Agita y bate las alas, no dejes de volar, consigue tus propósitos de aquí a la eternidad.

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Luces

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Luces que se propagan y objetos que se interponen. Creadores de sombra, ángulos y refracciones. Luz chocante en espejos, metales y en aguas interminables. Melenas ondulantes y veloces corren en el aire, sinuosas y magnéticas donde nadie puede acorralarles. Buscadora de tesoros en espacios eléctricos y siderales. No me interesa de ti, tus partículas y masa. Deseo que me enamores a reflejos y sensaciones corpusculares. A fotones y contrastes. Chispeante en Navidades alumbras casas y calles. Luces lineales, intermitentes rojas y blancas, naranjas y verdes, de todos los colores.

Salir a la calle en fiestas es ponerle mirada a las luces encendidas y pasearse sin prisa. Cruzan de cera a cera bombillas en el aire, iluminaciones que amortiguan el frío y consumen energía.. A mí, no me importaría, que en este año se encendieran las mínimas. Si con ello ayudamos en algo, contribuyendo a no agravar la crisis, si así fuera, bienvenida sería la oscuridad en Navidad.

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Algo mágico

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Los botones en las mangas de su camisa, no son redondos y si de nácar. Y a sus puños le acompaña una vuelta doblada. Cuando estira o levanta el brazo, asciende el puño de la camisa como si una suave brisa lo desplazara, dejando al descubierto la muñeca y parte del antebrazo. Luce ahí, su pulsera que brilla en plata y esferas. Al andar, le da pequeñas vueltas y gira a su fina y huesuda muñeca. Suena a metal de joyero, cascabel y afectos. Le venia algo pequeña y un artista le acoplo unos centímetros de cadena y junto al broche dos pequeñas estrellas. Suele utilizarla en días especiales y cuando sale por la noche. El llevarla le hacia sentir protegida, rodándola como una tuerca sin darse cuenta, al conversar o dar alguna respuesta.. Su otra mano se aferraba a la pulsera como abrazadera acoplando una greca. Un lugar preferente en su joyero de piel, con su inicial grabada, era quien custodiaba tan preciado tesoro.
Sin creer en supersticiones, la utilizaba como sonoro amuleto. Decía que otros ponían flores en sus casas, encendían incienso, o llevaban en los bolsos y bolsillos una herradura, talismán o una pata de conejo.

El amuleto o talismán, forman parte de las supersticiones. Creer que una piedra o un metal con dibujo grabado o forma especial, tenga poderes para su portador y le de suerte, o lo aleje del mal es subjetivo e individual. De alguna forma se esta buscando seguridad.
Son innumerables y de todo tipo, comerciales y personales. Desde la antigüedad se ha creído en amuletos y símbolos. Cruces, estrellas, herraduras, pata de conejo, colmillos, tréboles…, para la buena suerte, para atraer la fortuna, la fertilidad, el amor, la felicidad…
Y no debe ser tan malo el tener algún objeto de estos, si uno se siente más tranquilo y duerme bien por las noches. Aunque sin ellos, igual nos podemos sentir bien y no variaría nada.

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Pregúntale a la luna

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Cuando la veas…
Pregúntale a la luna, por qué hoy no tiene cara. Por qué los ojos, esconde bajo un cristal de inocencia, donde no se ve el color ni su transparencia.
Si sus cejas son curvas o rectas. Si su nariz viene con dos orificios del tamaño de una almendra.
Pregúntale si sus labios alguna vez besaron a las estrellas.

Me ha dicho la luna, que no se enfada nunca. Que nos ve cuando reímos, que nos ve cuando lloramos y que desde el cielo, cariño va enviando,se cuela por los dedos y la palma de las manos.
La luna me ha dicho, que ella no es desdichada. Porque el mar y la tierra, juegan con sus efímeras alas. Porque se viste de blanco cristal de bohemia y se perfuma de habichuelas.
Me ha dicho la luna, que a veces, su cara oculta, la divertida, la que busca en el cielo más altura.. cuando en la noche no la vemos, es porque se disfraza de bruja, volando en un cohete a la estación última.
Me ha dicho la luna tartamuda, que no tiene miedo a las alturas, porque se encienden velas y a la noche la anuncian sirenas.
Le pregunte a la luna, ¿por qué iba descalza? dijo que llevaba las uñas de los pies recién pintadas.

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Carta de reyes

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Navidad y Reyes

Lo que quiero para estas navidades, por supuesto es mucho cariño para todos, sin dejarme a nadie. Si, a todos les deseo mucho amor y cariño y que la felicidad les acompañe.
Pero cuanta ilusión me haría que me tocara el gordo, es difícil, porque compro poco.
Y como el cuento de la lechera… me compraría una casa muy grande, unos cuantos viajes, ropa exclusiva, un avión y un yate. Por pedir que no quede, a mi cuello, unos diamantes.
Y esto que sirva de carta a los reyes. Yo les dejare polvorones. Ellos, todo esto y un poco de oro, incienso y mirra que llevan en los cofres. Más que nada un recuerdo de su paso a galope.

Y Navidad a escena, que el amor y los buenos sentimientos ni tienen fecha, ni se compran en una tienda.

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Felpudos

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¿A kien se le ocurrió la idea?

Antes de entrar en casa voy a limpiar la lengua de los zapatos porque habrá pisado alguna campaña publicitaria, algún felpudo blando en la acera. Pero como no tiene dueño, me llevo a casa tan magnífico regalo y voy dejando huella por allá donde paso.
Sí, hoy me llevo un aroma que me acompaña hasta la puerta de mi casa y allí se quedará como botón de muestra. ¿Quién dice que hay cosas que no nos llegan ni a la suela del zapato?. Por eso, cuando llego al rellano, dejo en el felpudo un escudo de dibujo abstracto.


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Propaganda

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Sentirse precipitar en un vahído, que turba el sentido. Vuelve la Navidad., “Avon llama a su puerta”. ¿Quién no le abrirá?. Trae regalos, caramelos y peladillas de las que tienen una sorpresa. Una buena almendra para degustar. Me pediré para reyes.. aquel libro que Paco Umbral quería endosar en el programa de Mercedes Milá.
Sí, es que el marketing, aunque cambien las técnicas y tácticas y se de el toque personal, siempre llevara el mismo mensaje, vender el producto a toda costa.¡ Muy original!. Qué mejor que como antes, ir de puerta en puerta, sonriendo, y regalando dulces palabras, sacarles brillo para encandilar a su próximo destinatario. Algo así como un charlatán que no deja de hablar de cosas sin enjundia ni sentido. Basta una muestra y exhibición, le dará garantía de que el personal volverá.
La formula ha cambiado, se han quedado anticuados, los llamados puerta a puerta, hoy te meten la propaganda en los buzones. Que vayas, te invitan a un cava o a una coca-cola, o a bebidas isotónicas de las que tienen alas.
¡Dios, que mundo!, nunca cambiara por mucho que le laven la cara. Será el que será.
(Esto me suena de algo, me es familiar, quizá lo haya leído en algún lugar donde no admitan propaganda). Es posible.. es posible…



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