Septembreando un año más
vaya título más poco original.
Cómo me gusta el nombre de éste mes,
curiosamente cómo me gusta el de abril.
Septiembre es el título de una película Guatemalteca que no he visto.
Pero si es buena y hay posibilidad... se ve.
Septiembre es el título de una película Guatemalteca que no he visto.
Pero si es buena y hay posibilidad... se ve.
Se siguen con sumo gusto algunas
películas cuando mantienen la atención, suspense, dejando casi sin
respiración, incluso grato es disfrutar de sus largos e interesantes
intermedios. En ellos se encuentra algo de creatividad!, sirven para
descansar y atender otros guiones, darse un respiro.
No sería mal asunto mantenerse absortos viendo película por día sí éstas valen la pena... el problema es no tener todo el tiempo del mundo, hay que aprovechar los días, distribuir deberes, tareas, aprovechar segundos.
No sería mal asunto mantenerse absortos viendo película por día sí éstas valen la pena... el problema es no tener todo el tiempo del mundo, hay que aprovechar los días, distribuir deberes, tareas, aprovechar segundos.
A vueltas con el maldito tiempo, que no quiere despegarse de nosotros.
Los intermedios me recuerdan a los dos meses más
interesantes del año. Abril y septiembre se salen del calendario
para darse una vuelta y cuando regresan, ya estaban a punto de
tirar de sus hojas.
Frescos, desiguales, no tienen principio ni finales, se quedan esperando hasta que los rescatan de su nube y propias sensaciones. Cambiantes y alegres con frescor de aromas se dibujan en tonos peculiares. Abren ventanas y cierran sinsentidos, van a lo suyo, tramoyistas, titiriteros van dejando los sentidos en cueros.
Septiembre se reordena y distribuye una y otra vez, guioniza, ensaya, yerra y acierta... como la mejor película del año, a la que le interesa den un Óscar.
Frescos, desiguales, no tienen principio ni finales, se quedan esperando hasta que los rescatan de su nube y propias sensaciones. Cambiantes y alegres con frescor de aromas se dibujan en tonos peculiares. Abren ventanas y cierran sinsentidos, van a lo suyo, tramoyistas, titiriteros van dejando los sentidos en cueros.
Septiembre se reordena y distribuye una y otra vez, guioniza, ensaya, yerra y acierta... como la mejor película del año, a la que le interesa den un Óscar.
¿Qué haríamos si no existiese abril y septiembre, a parte de que el año sólo contaría con diez meses?
Cada día de septiembre echa flores y besos, se deja disfrutar con sol, lluvia incluso extraordinarios relámpagos. Qué siga la fiesta. Qué siga la dicha!
Échame
flores septiembre... tú para que las quieres?
¡gracias!
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