Cuando el otoño llama a tu casa, abrirle la puerta, seca y aja.
Mantener la puerta cerrada es una opción inteligente y sabia...
Siempre queda volcarse en los crucigramas.
Pero, si no puedes estar quieta@o, ni un segundo, porque en.. (vamos a decirlo finolis) el pompis.. tienes un resorte en muelle que se dispara solo, no lo dudes, saludable ha de ser dar paseos y jugar en cualquier parque con tu otoño.
Cien otoños que tuviéramos... y cada uno más apasionante.
La carne y la piel la vamos enterrando... a medida que pasa la vida. En esta estación lo hacemos sólo con más tela y abrigos, a medida que refresque y haga más frío.
Cien otoños que tuviéramos sin morirnos, mientras las neuronas se mantengan en forma, y no sufran excesivo deterioro, el cuerpo sea suficientemente obediente.. y tengamos casi intactos los sentidos.
Qué beneficioso y amable es pasearse por las calles del otoño.
Alegría!! Alegría!! Voy a contar cuántas veces sale la palabra otoño...
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