La casa del mar, la casa del cielo, veranos envidiables de numerosos espectáculos.
Sonidos que circulan a sus anchas, entran y salen por la ventana del oído. Juega el aire, baila con hojas, baila cruzando chasquidos con las olas.
El aire simplón se encuentra con el complejo.., 'chocan esos cinco' , a partir de ahí, viajan sin maleta y dirección. Rugen enfurecidos, arrastran corrientes sin freno... por el mar, por el cielo...
Toman carrerilla... ¿Dónde irán tan rápido?
La calma chicha, no es buen presagio.
La calma sí, remanso, tranquilidad; pero la chicha, es esa, la 'otra' quietud de la que se huye, con ruido exagerado ..
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