Vivir para ver entre clonoscopias, colonoscopias y poltergeist.
Al común de los mortales nos gustan más las bodas y bautizos que los funerales, éstos resultan tristes y desagradables.
Nos agradan más las uniones que los divorcios. Unir la tierra al mar y de un parpadeo ascender al cielo con dignidad y respeto. Que no se diga que divorciamos vecinos de bien.
Para comenzar el verano, nuestras autoridades competentes y cargos estatales del milagroso diálogo nos ofrecen el menú deconstruido, a base de engaños sobre lazos para la hermandad. Ensalada con aliño sin visceralidad sabor a fronteras y barreras arquitectónicas, cerrando el banquete con algún postre sorpresa y baile de mascaras y fantasmas.
Se oye una flauta. Oh, sí, en la flauta el aire se hubo de colar y sonó por casualidad..
Satán Fabiolo, juega a saltar en cama elástica y trampolín, brindando burbujitas de champagne con las de cava...
Qué si el toro era la piel de España, ahora nos quieren imponer la cebra por sus rayas...
Llega San Juan y más tarde San Pedro, jornadas acompañadas de fiestas del miedo...
¡Ay! la versatilidad de los Santos... sirven para tanto...
Ahora vas y lo cascas...
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