El maravilloso mundo de los sentidos, unos básicos, otros más sutiles y sofisticados...
El viaje a la comunicación y sonido por medio de la audición. El que compromete papilas gustativas y sus desarrolladas variantes descubriendo nuevos sabores. La maravillosa compuerta reguladora de luz a través de las pupilas. El que nos proporciona sensaciones que llegan con el airecillo suave y seco de noviembre. ¡sssniff! ¡sssinff!
.... embriagadoras partículas odoríferas circulando atrevidamente en las distancias cortas... unos boleros, tangos, fandangos.. el aroma equilibrado penetra narinas; los seres sensibles hechizados por hojas y pétalos siguen bailando.
Y por supuesto el rey de los sentidos, sentido por antonomasia nos roza con la punta de los dedos el mes aterciopelado que va quitando protagonismo a su antecesor y número diez
fiiuuuu fiuuuu fiiuuuuu... Avant s' il vous plaît; poémicas vainillas, afrutadas sinfonías, aromáticas y volátiles copias florales esparcidas juegan con la respiración. Cabriolas en el aire vuelan libres sin dejarse atrapar...
Sí, noviembre trasporta aromas y coloca juguetonamente hojas, cortezas, flores, frutos, raíces y semillas en la Avenida nº 10 y 11 y también en caminos de montes y aldeas.
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