Como que apeteciera lluvia de primavera.
Todo esta inventado, el frío y el calor, el agua y el fuego... toda una colección de opuestos para satisfacer al hombre, y conceder cuanto capricho desee. .
El ciclo defensor, con sus latidos de vida, nada más y nada menos, atento, impidiendo que esta obra de ingeniería de autor desconocido, termine poco a poco, o de forma inminente.
Procesos y factores, suerte y destino se reúnen probablemente con hombres ángeles ayudando por mantener el equilibrio y lo peor no llegue.
Parece un juego de roles, una partida donde unos ganan y otros pierden. De nada sirve poner paños fríos y calientes, si antes de prender el fuego, no se cuida el monte.
¡qué llueva, qué llueva, qué llueva! por pedir que no quede.
Es sabido que no llueve, llovió y no va a llover a gusto de todos.
ResponderEliminarCaminemos juntos por espacios abiertos. Sólo el amor sin cerebro es capaz de engañarse tirando la llave al infierno.