viernes, 27 de febrero de 2009

Porcelana

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La pieza de porcelana era china y original. Tenía su misterioso efluvio, venía del más allá. Quien la miraba y rozaba, contaba con años de felicidad. El secreto estaba en las manos artesanas, en la alquimia, su dibujo y la eternidad. Ligera y fina, con interior generoso y años de sabiduría. Viajó desde Beijing por medio mundo, hasta que a sus manos llego por casualidad un día y el azar la puso en la vitrina. Desde su sillón preferido, a la media noche, la porcelana le hablaba del mundo, su inicio y la vida.
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2 comentarios:

  1. El hombre, siempre ha sido capaz de lo mejor y de lo peor, de crear lo más bello, o de igualmente destrozarlo sin razón alguna.
    Saludos!

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  2. Me has hecho recordar, es verdad en cuantas vitrinas hay piezas de esas verdad? Un plato, una tacita de café. Es curioso esas piezas expuestas, tan viajadas ellas a través de medio mundo, desde tan lejano lugar.
    Otro besote MUACKSSS, como llego tan tarde tengo que comentar de dos en dos.

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