El mundo por montera

Reciclemos, que el verano trae el sol fuerte invitándonos a insolaciones. 

De nuevo llega la fiesta del sobre. Vamos ensobrados, sin guión, puntos suspensivos y paréntesis. A pelo y con entusiasmo. Solemnes de rostro convencidos unos, otros hacen cola a regañadientes, pensando, ya me han fastidiado otro domingo.

Entran familias en tromba votando a saco para que se arreglen los listos con los inteligentes. Esperando que la suerte fluya y al día siguiente sigamos con nuestras tranquilas vidas.

Qué los sobres, son mucho sobre, que no falten, que no sobren, que se sumen y terminen recontados volando libres.

Que los pobres sean menos pobres, y los ricos un poco menos ricos, plus que deben pagar por solidaridad y acercarse a la igualdad. Y también por aquello de.. mal de muchos consuelo de tontos.
Los ricos no caen bien a nadie, aunque den trabajo y con que comer.

Sí, ya se sabe, todos queremos un trabajo digno ... y algunos jefes no se portan bien.

Innumerables son las formas de poner sus manos en nuestros bolsillos y robar.  No se que fórmula de todas me gusta más. El catálogo es amplio, nunca dejará de sorprendernos.

Sobre la marcha comprobaremos como son de variopintos e ingeniosos.  

¿ Qué será? ¿ Qué será?.. será un experimento para reir, será para llorar..  

Sobran mentiras, sobran jefes y jefas, sobras listos y tontos, sobran inútiles.

¿Quién nos queda...?

El iluso pensando que hayan justos y se eternice la felicidad.

Leídos y ensobrados, preparados para el domingo, sin soltar llevaré mi premio en mano, no me lo quiten. Bien apretado hasta que lo deposite.

Nos sobran sobres, pienso hacer con ellos un sombrero de papel con flores.
Año intenso este curso de papiroflexia. 

¿Qué hacen después del recuento con nuestros sobres y votos?. 

Sombreros de papel.

Vivir del sobre no podemos. ¿Vivir del aire..? alguna rara y exótica  vez. ¿Del arte? se necesita estilo, un padrino atrevido con devota fe. Lo más divertido es vivir de la mentira, del cuento.. echarse en brazos de la suerte, del misterio. Obtener escaños y contemplar ese abanicado hemiciclo del Congreso de los Diputados, ver los payasos del circo, y los leones sin moverse asustados.