Llega septiembre se siente cerca la pretormenta.
Peñagolosa la esbelta se deja ascender.
Bautizados de huellas sus cruces y caminos..
Arbóreos y andariegos, perfumados de flora y vegetación.
De vuelta, ya puede tranquilamente llover y revitalizar uno de los espacios limpios dónde respirar.


Mal vamos, esto no es una pradera.
Si hubiera llevado tacón... para haberse matado.

Finales de agosto... comienzan aires y tormenta , y quien sabe que más...
Nos queda verano, sí, y el veranillo de San Miguel.
Que no falten rutas y caminos,
que no falten santos y milagros.
Que no falte salud y trabajo.
Que no falte lo elemental y fundamental.
Que no falten las ganas de dar guerra y paz.

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