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Anda ¡mira! una seta,

¡níscalos! un robellón..

semienterrado un mata patrias y el vende humos,

medio ocultos, un lobo y un tiburón...

Alerta con la intoxicación.

Eso tiene el otoño... la caída de la hoja, el cambio de estación.

Será que los ciclos protestan sin motivo de reivindicación..

Será que el otoño nace con otros colores, sin convencimiento, por condición...

Aquí una pera, allá un tomate.

oculta la seta bajo sombrero enorme...

Migas de pan y piñones para huesitos sin nadie,

se sirven platos vacíos de carne en el corazón.

Petróleo de mar,

humo en el aire...

los perros del marques meando las calles.

¡Shhh!

¡ escucha !

son los aullidos del hambre...

Cuidado con tirar piedras al aire, si no estás protegido de un coscorrón.

Cuánto nos gusta meter el cucharón en el caldero, remover el puchero y entrar en cocción.

Qué mejor para dar la bienvenida a la estación, dar un paseo y recibirla recolectando boletus, robellón, níscalo y seta.

¡Ah! y algún champiñón.

Alada