Ay septiembre de mi vida, los recuerdos son trocillos qué no sólo el rectángulo de unas fotografías.Táctiles, físicos, suaves momentos de uso que nos deja el paso del tiempo con su pequeña carga de emociones en nuestras manos.Pasa el tiempo rápido, éste mes es de los bonitos, especiales y melancólicos. Una invitación al repaso, a dar una rápida mirada al pasado, avanzando con seguridad de frente..Vuelvo al cajón destinado a retales, como lo tiene mi madre, lo tenía mi abuela y supongo que las madres y abuelas de muchos más. Esos trozos de tejido sin ya costuras, botones, cuellos. De rayas, dibujos infantiles, geometrías, de algodón y texturas naturales, que hacen la buena función de limpieza de muebles, cristales, adecentar todo tipo de superficies del hogar.Esos trozos parecen estar aferrados a la vida después de su uso para el que fueron destinados, después de años de una segunda vida útil. Trozos que se abrazaron a la vida antes que me desprendiera de la totalidad de la prenda.Un reciclaje que ya en tiempos pretéritos funcionaba. No sé en que momento nos enseñaron y aprendimos a derrochar.Nada nuevo bajo el sol, el reciclaje ya funcionaba en otros tiempos, era la normalidad.
La siembra, la cosecha y la memoria
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