
Era un pensamiento demasiado intenso. Temía por la fuerza que iba tomando aquella melodía que sonaba nota a nota, sin parar en su cabeza. Sus sospechas eran fundadas, poco margen de error y visiones acercadas que veía claras. Tenía la facultad de acertar ante la más leve alerta, menos cuando compraba cupones, loterías y juegos de apuestas.
¿Qué hará nuestra amiga con sus certezas?
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