lunes, 30 de abril de 2018

Con cierto optimismo








Sin orden no hay concierto.

El escenario con sus sillas, algunos instrumentos, atriles y partituras.
Tapices y emblemas suspendidos a modo de fondo, la sala repleta y esperando.

El dibujo semicircular y geométrico se completó... y la mirada gestual y cómplice del batuta impulsó  las primeras notas... se continuó dando lustre centrando nota a nota y compás para juntos elevar cada una de las tres piezas.
Son estrellas brillando. . en sus cuerpos habita música, y los sostienen latidos de sonido que fluye bajo la modulación y precisión de su director.

Meses de trabajo y ensayos, dieron por fin algo más que el do de pecho...,  pusieron con el debido y preciso respeto, el dedo en el corazón de sus instrumentos y de ahí a dejar  impactados a espectadores y jurado.


Tras un inmedible silencio el auditorio se invadió con un estruendoso golpear de aplausos..
.... Si se pudiera ver y medir con cámaras especiales la emoción que sienten las almas cuando escucha hermosos sonidos, quizá, sí, digo quizá, algo más en nosotros cambiaría.






 Hubo orden, disciplina y conciertazo. Se llevaron un merecido primer premio del Certamen, que hoy tarde y mañana seguirán celebrando.

Cómo ya habrá dicho - la nada;  salí del tiempo y del silencio... haciéndome nota a nota, música, concierto...  y exploto con aplausos de merecido respeto.

Volverá la nada, porque siempre vuelve con resaca y se encontrara que está de nuevo todo por hacer.

¿ Por qué no ? de vez en cuando o de vez en nunca, personalizamos queriendo...

Viva la música!

Y a su salud!!




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