De aquellos villancicos...

Abeteado tiritar es colgar en sus ramas castañuelas y poner el paisaje a bailar.
Voces de un villancico piden un plato de jamón y un trago de vino para combatir la intemperie, para calentarse y ahuyentar el frío.
Llegan panderetas, guitarras y rumba por ritmo.
Una estrella viene haciendo palmas desde el infinito. Otra, mueve sus piernas, zapatea  lenguaje en arte y sonido. Una tercera, en su arrebatado braceo libera latido cardíaco ... arrancando airosos giros hechos chal sobre copas de abeto.
Estallan diminutas y pálidas esferas formando acumulados flecos sobre puntiagudas hojas que esperan..

Y... de aquellos fríos estas castañuelas.