jueves, 20 de junio de 2024

Burrizquidos




No hay más ciego que el que no quiere ver

burradas y burrizquidos.

Ni cien años de estudios harían que pudieran ver lo que tienen frente su hocico.

Un burro atado a la noria, tiene un solo enfoque y perspectiva en sus burrizgiros. Pobrecitos.

Sobresaliente en atender a su amo unas cuántas horas de trabajo, un tiempo de sombra para que no le duela de pensar la cabeza, llenarse la tripa de hierba fresca, heno y paja camuflada. Y a dar vueltas, (vuelta la mula al trigo). Hasta que de viejito desfallezca. 



¡Pobre Burro!

_Por Gloria Fuertes_

El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.


Qué culpa tiene el burro de ser burro?

En el pueblo del burro no hay escuela.
El burro se pasa la vida trabajando,

tirando de un carro,

sin pena ni gloria,

y los fines de semana

atado a la noria.


El burro no sabe leer,

pero tiene memoria.

El burro llega el último a la meta,

¡Pero le cantan los poetas!

El burro duerme en cabaña de lona.


No llamar burro al burro

llamarle -ayudante del hombre-

o llamarle persona.


G. Fuertes












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